Mitos y Logos: La Transformación del Pensamiento en la Grecia Antigua
El paso del mito al logos en la antigua Grecia es un proceso fundamental en la historia del pensamiento occidental. Este tránsito implica el cambio de una forma de conocimiento basada en relatos míticos, simbólicos y religiosos, hacia un conocimiento racional, sistemático y basado en la observación.
El contexto histórico y social
El paso del mito al logos ocurrió en un momento de grandes transformaciones en Grecia, especialmente entre los siglos VII y V a.C. Durante este período, conocido como la Época Arcaica, la civilización griega experimentó una serie de cambios políticos, sociales y económicos que favorecieron el surgimiento de nuevas formas de pensar.

Crecimiento de las polis:
Comercio y contacto con otras culturas:
El aumento del comercio y la colonización permitió a los griegos entrar en contacto con otras civilizaciones, como Egipto, Fenicia y las culturas de Mesopotamia. Estas interacciones no solo facilitaron el intercambio de bienes, sino también de ideas, lo que contribuyó a la ampliación del horizonte intelectual de los griegos y a cuestionar las explicaciones tradicionales sobre el mundo.
Reformas políticas y sociales:
Las reformas políticas en algunas ciudades-estado, como las impulsadas por Solón en Atenas, dieron lugar a una mayor reflexión sobre la justicia, el derecho y el papel del individuo en la sociedad. Estos cambios promovieron la idea de que el orden social podía ser analizado y reorganizado a través de la razón.
De la cosmogonía mítica a la cosmología racional
El mito, como forma de explicación del mundo, dominaba el pensamiento griego hasta la aparición de los primeros filósofos presocráticos. Los relatos míticos, como los recogidos por Hesíodo en su Teogonía, describían el origen del cosmos y los fenómenos naturales a través de la acción de los dioses. Sin embargo, estos mitos comenzaron a ser cuestionados por filósofos que buscaban explicaciones naturales, no divinas, para el origen y funcionamiento del universo.
La escuela de Mileto:
Uno de los primeros y más importantes centros de este nuevo pensamiento racional fue la escuela de Mileto, donde filósofos como Tales, Anaximandro y Anaxímenes desarrollaron teorías cosmológicas que rompían con el pensamiento mítico. Tales, por ejemplo, propuso que el principio fundamental de todas las cosas era el agua, en lugar de los caprichos de los dioses . Este tipo de razonamiento, que buscaba una "arquê" o principio material subyacente, marcó el inicio del pensamiento filosófico y científico en Occidente.
Anaximandro y su noción de lo ápeiron: Anaximandro introdujo el concepto de lo indefinido o ápeiron como origen de todas las cosas, rechazando la intervención divina en la creación y proponiendo que las fuerzas naturales, eternas e ilimitadas, explican los fenómenos del mundo . Este tipo de pensamiento evidenciaba un alejamiento progresivo del mito hacia el logos.
La transición ética y antropológica: del héroe mítico al ciudadano racional
Otro aspecto clave del paso del mito al logos fue la transformación en la concepción del ser humano y su lugar en el mundo. En la tradición mítica, los seres humanos eran vistos como sujetos de la voluntad de los dioses, y sus destinos estaban predeterminados. Los héroes míticos, como Aquiles o Heracles, encarnaban este concepto de una vida condicionada por la divinidad y el destino.
La sofística y el relativismo ético:
A partir del siglo V a.C., la aparición de los sofistas, como Protágoras y Gorgias, marcó un giro en la reflexión sobre el ser humano. Los sofistas introdujeron el relativismo y la idea de que la verdad no es absoluta, sino que depende de las percepciones individuales y de las convenciones sociales. Este enfoque condujo a una mayor valoración del razonamiento humano y la retórica como medios para alcanzar acuerdos y resolver conflictos en la vida pública.
Socrates y el logos en la vida moral:
Con Sócrates, el logos se convirtió en un instrumento para la indagación moral. A través de su método dialéctico, Sócrates desafiaba las creencias tradicionales, alentando a sus interlocutores a examinar sus propias vidas y buscar la virtud a través de la razón, no de los mitos ni las creencias transmitidas por la tradición.
El impacto de las guerras y las crisis políticas

El papel de la tragedia: En este contexto, el género literario de la tragedia, desarrollado por autores como Sófocles y Eurípides, reflejaba una creciente tensión entre el destino divino y el esfuerzo humano por comprender el mundo racionalmente. Las tragedias mostraban personajes que, aunque atrapados por fuerzas que escapaban a su control, trataban de entender su situación y tomar decisiones de manera racional, lo que simbolizaba la lucha entre mito y logos.
La consolidación del logos: Platón y Aristóteles
Finalmente, el paso del mito al logos alcanzó su madurez en el pensamiento de filósofos como Platón y Aristóteles. Platón, en su crítica a la poesía y los mitos, defendió que el verdadero conocimiento debía buscarse en el mundo de las ideas, accesible solo a través de la razón. En sus diálogos, Platón establece que la mitología tradicional, aunque útil para la educación de las masas, no proporciona conocimiento verdadero, ya que este solo puede alcanzarse mediante el logos.
La filosofía sistemática de Aristóteles:
Aristóteles, discípulo de Platón, consolidó el logos al desarrollar una filosofía basada en la observación empírica y el análisis lógico. En sus obras, Aristóteles ofreció explicaciones sistemáticas sobre la naturaleza, la ética y la política, reemplazando los relatos míticos por un enfoque basado en la razón y la experiencia.